¿Vacaciones intelectuales?

El cerebro es un complejo órgano del que el ser humano conoce cada vez más su funcionamiento, pero quizá es la parte del cuerpo aún con más incógnitas. ¿Y qué hace el homo sapiens cuando algo no lo termina de entender? Pues lo que ha hecho toda la vida, desde que vivía en tribus y había un brujo que se encargaba de asignar razones a los fenómenos desconocidos (en cierta época, todos): establecer una hipótesis, revestida en muchas ocasiones de misterios, dioses y otros seres -casi siempre malignos-. La mitología se originó por ahí, y de ahí los mitos. Pues al cerebro se le ha cargado el mito de que por la noche descansa, por eso hay que dormir.

Nada más lejos de la -por hoy conocida- realidad. La actividad alucinante del cerebro por la noche, podría ser equivalente a cuando los grandes ordenadores hacen la copia de seguridad: el consumo de energía es altísimo. Por la noche se restauran y reconexionan neuronas, pero también el cerebro genera los sueños, por lo que es evidente que, considerado como un único órgano, es casi obvio que no se detiene. Lo que ocurre es que tal como un edificio de varias plantas, no todas las zonas trabajan a la vez; ciertas partes del cerebro lo hacen cuando somos conscientes y otras partes cuando no.

Y cuando somos conscientes, es el intelecto el que nos hace diferentes a otros animales. Esa capacidad de desarrollar representaciones mentales de la realidad y de relacionarlas entre sí, es la que nos define como inteligentes y creativos.

En el cerebro consciente encontraremos una actividad relacionada con la realización de alguna tarea (conducir, barrer, poner ladrillos, escribir, leer), y también una actividad intrínseca, la línea base de actividad que se presenta con el cuerpo en estado de reposo.

De ahí que cuando te tiendes en una hamaca, al lado de una fresca bebida, con los ojos cerrados y ni un músculo en movimiento, se te acerque como un imán el gracioso de turno (o graciosa) a preguntar ¿En qué piensas? Porque pensar, siempre piensas. Eso sí, puede que pienses voluntariamente o involuntariamente, que guíes tus pensamientos o que te dejes llevar.

Cuando tu trabajo es creativo, o sea que tu herramienta es el cerebro ¿Se le puede ordenar que no cree? Porque en el mismo momento en que le dices que no piense en algo, está pensando en ese algo. Podrás intentar distraerlo pensando en primer plano en el viaje de mañana, pero en el fondo, en el fondo, la orden latente de «piensa en el viaje para no pensar en aquello» indica que sigues pensando en ello. Considerando pues esa propiedad de pensamiento en segundo plano, me pregunto ¿Puede un escritor -un creador- tomarse unas vacaciones intelectuales? Porque su obra está en la cabeza.

Food for thought- Alimento para pensar ..

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